Siempre he sentido debilidad por las mujeres extrañas. Una dama preciosa me advirtió de que era una vampiresa, pero no quise escucharla. Más tarde, un peligroso sicario me disparó. La bala se abrió paso a través de mi espalda... ¡Y sobreviví!
Yo, Jack Fleming, reportero intrépido, me he convertido en un vampiro. Y eso tiene sus ventajas: no mueres, no envejeces, duermes durante todo el día... Y lo mejor de todo: puedes vengarte de tu propio asesino.