Los países miembros del Fondo Monetario Internacional colaboran para asegurar que los regímenes cambiarios funcionen ordenadamente y para fomentar la estabilidad del sistema cambiario, reconociendo que el objetivo fundamental del sistema monetario internacional es facilitar el intercambio de bienes, servicios y capital y sostener un crecimiento económico sólido. Este trabajo examina la estabilidad del sistema cambiario en su globalidad mediante el análisis de los resultados macroeconómicos (inflación, crecimiento, crisis) en el marco de distintos regímenes cambiarios, los efectos del régimen cambiario elegido en el resto del sistema (ajuste externo, integración comercial, flujos de capital) y las posibles fuentes de tensión para el sistema monetario internacional.