¿Dónde acabaría aquella apuesta?
Jack Fortunato no podía resistirse a aquel desafío: unos amigos habían apostado a que no podría seducir a una mujer sencilla y sosa tan rápidamente como conseguía a sus habituales bellezas. Poco se imaginaba que aquella mujer «sosa», Marsha, era la temible Heather Brannen disfrazada, una experta en menospreciar los logros masculinos. Pero cuando Jack empezó a enamorarse de la aburrida y poco elegante Marsha, Heather se vio en un dilema… ¿cómo podía estar tan celosa de sí misma?
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