¿Nacido para mandar?
Cuando el príncipe Josquin de Marigny metió a la fuerza en su limusina a aquella madre soltera, fue para revelarle un secreto. El padre de Sarah McInnes figuraba en la línea de sucesión al trono de Valmont y ¡ahora su hijo era el nuevo heredero! Aquel inquietante príncipe de ojos azules le prometió a Sarah todo lo que deseara en el mundo si se quedaba a vivir en Carramer... Todo menos su corazón.
Sarah se encontraba dividida entre la sorpresa y el placer de sentirse de regreso a casa. Josquin le había dado un hogar y una nueva familia, pero también había investigado a fondo su pasado, había mentido para poder llevarla hasta Carramer y se había nombrado regente de su hijo. Así que, cuando la tomó entre sus brazos, Sarah no sabía si podía confiar en él y creer todas sus promesas...