Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado, publicada por primera vez en 1824, es una obra maestra que reúne los mejores ingredientes de la novela gótica, la intriga y el estudio de la mente de los personajes. Hogg concibió esta novela metafísica de manera que fuese tomada por una historia real, y llegó a incluirse a sí mismo como personaje secundario en esta caja de sorpresas narrativa.
Tal vez sea difícil encontrar una obra, si se exceptúa Los elixires del diablo, de E.T.A. Hoffmann, donde el tema del doble sea tratado con tanta intensidad como en esta obra clásica de la ficción sobrenatural. La composición de la novela es realmente moderna, pues aparece primero el relato del editor, un observador supuestamente objetivo, y después las memorias del protagonista, confesiones que son un ejemplo de estudio psicológico de un asesino.
Prólogo de André Gide
«Que yo recuerde, hace mucho que no me había sentido tan cautivado, tan voluptuosamente atormentado por un libro.»
André Gide
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