Él se convirtió de repente en el galante protector de una institutriz.
Cuando una desvalida institutriz se desmayó a los pies de sir Edward Greaves, su caballerosidad le exigió ofrecerle cobijo temporalmente. Sin embargo, el deseo que Ned sintió cuando la tuvo entre sus brazos no fue en absoluto caballeroso…
Con sus ojos grandes y atribulados y aquella esbelta figura, Joanna Merrill despertó algo profundo y oculto dentro de aquel hombre. Para ser alguien que había rehuido a las conspiradoras bellezas de la sociedad londinense, ¿cuánto estaba arriesgando Ned al acoger a aquella misteriosa mujer bajo su techo?
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