Muchas de las enseñanzas de Jesús nos han llegado distorsionadas y endulzadas desde que ascendió a Su Padre, y nuestros apegos a este mundo no nos han ayudado en nada a recibir sus verdades profundas y su luz espiritual para conducir nuestros caminos en esta vida.
Afortunadamente, Jesús nos dijo que Su Padre Celestial nos enviaría un consejero, el Espíritu Santo, para recordarnos todo lo que nos dijo mientras estuvo en esta tierra y para ayudarnos a entrar en Su Reino.
Jesús todavía está con nosotros dentro de nuestro corazón y puede guiar nuestros caminos en el día a día a través de la intermediación del Espíritu Santo.
Sin la fe y la gracia que sólo vienen a través de la purificación de nuestra naturaleza pecaminosa, los significados profundos del conocimiento divino y sus aplicaciones prácticas para nuestras vidas escaparán a nuestra comprensión.
Las enseñanzas de Jesús frescas, no distorsionadas y personalizadas individualmente nos esperan si estamos disponibles para ellas a través del Espíritu Santo que habita en nuestros corazones.