Xandro Caramanis quería una esposa. La candidata debía ser de buena familia y debía estar dispuesta a compartir su cama para darle un heredero. Además, debía aceptar un matrimonio sin amor.
Ilana Girard era una hermosa joven de la alta sociedad con reputación de ser una princesa de hielo. Ella, mejor que nadie, entendería las condiciones de aquella relación.
Pero Ilana aceptó la proposición de Xandro porque necesitaba protección para defenderse del pasado. Lo que él no sabía era que no era una mujer fría y sofisticada, sino una joven tímida y asustada…
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