Segundo de la serie. Ruthie Fernández afirmaba que ya había tenido un matrimonio feliz y que lo único que deseaba ahora, dos años después de la muerte de su marido, era cuidar de su querida suegra. Pero el modo en el que miraba al sexy médico Diego Vargas decía algo totalmente distinto. Quizá fuera cierto que pertenecían a mundos muy diferentes, pero el calor de la pasión que había entre ellos podría quemar todas las barreras que los separaban… sobre todo con la ayuda de un poco de magia…
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