¿Lograría él que ella dejara de correr?
Sally no se detenía ni un momento. La dueña del rancho Doble D estaba muy ocupada manteniendo el equilibrio entre su salud, su hogar y sus caballos. Y, aunque afrontaba cada desafío con la cabeza alta y un insuperable buen humor, podía llegar a sentirse muy sola. Entonces apareció Hank entonando su misma melodía.
Hank no pudo evitar reparar en la irresistible hermana de la novia durante la boda de su mejor amigo. Pero aquel asistente del médico se ganaba la vida tratando a jinetes de rodeo y podía sentir que algo en el interior de Sally estaba roto. ¿Conseguiría su toque curativo calmar la mente, el cuerpo y el alma de Sally...?