La ciudad entera parecía convencida de que Autumn Reese había nacido para casarse con Clayton Barnett, y a Autumn esa certeza empezaba a resultarle francamente molesta. Sin embargo, no encontraba la forma de disuadirlos de lo contrario y estaba segura de que los rumores no cesarían hasta que cada uno encontrase su pareja
Sin embargo, no les resultó nada fácil conseguir una cita, por lo que decidieron que Clay solicitara los servicios de una agencia matrimonial. Cuando empezaba a creer que el problema estaba solucionado, descubrió que ver a Clay saliendo con otras mujeres tampoco le hacía ninguna gracia, y Autumn tuvo que plantearse si su hombre ideal no sería aquél del que llevaba apartándose tanto tiempo...