Todos ellos estaban a punto de descubrir el excitante poder del chocolate. Los propietarios de una prestigiosa tienda de dulces querían demostrar la teoría de que el chocolate era el mejor afrodisíaco del mundo. Para ello llevaron a cabo un estudio muy poco ortodoxo que disfrazaron de promoción de San Valentín. Cuando los confiados clientes empezaron a probar el chocolate… los resultados fueron sorprendentes.
El formal Daniel Montgomery y la atrevida Carlie Pratt descubrieron que los opuestos no sólo se atraían… ¡sino que hacían que saltaran chispas!
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