Presentamos este número de Portavoz de la Gracia: El Dios Trino. Tocar este tema es pisar suelo santo, uno que no podemos tomar con ligereza. Esta doctrina constituye la verdad fundamental de nuestra fe y por lo tanto requiere lectura y estudio paciente y cuidadoso. Podemos declarar el corazón de la doctrina usando la sencilla frase de Calvino —“en la esencia única de Dios hay una trinidad de personas”— pero comprender las profundidades de nuestro Creador y Soberano infinito y santo escapa a nuestra capacidad humana. Por eso hemos tratado de ofrecer artículos comprensibles, agregando abundante información técnica en las notas de pie de página para los que quieran profundizar en el tema.
Loraine Boettner nos presenta este tema majestuoso contemplando la inconmensurable altura, profundidad, extensión y alcance del misterio del Trino Dios, destacando que es la marca distintiva del cristianismo. William S. Plumer luego nos da una provechosa perspectiva general de los temas fundamentales relacionados con la Trinidad. Acto seguido, Wilhelmus á Brakel nos adentra significativamente en el misterio, explicando el concepto de tres personas dentro de una esencia. Boettner nos ayuda luego con dos artículos más —una exposición comprensible de la doctrina misma, seguida por el tema controversial del orden y la subordinación dentro de la Trinidad. A. W. Pink nos ayuda a ver que esta doctrina es la base de toda enseñanza del Nuevo Testamento. Y, a pesar de su profundidad y dificultad, á Brakel nos explica por qué es esta doctrina realmente beneficiosa para el pueblo de Dios. Esto lleva a la discusión de John Owen sobre la comunicación de cada miembro de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por último, Charles Spurgeon se aboca a corregir la idea errada de que Jesucristo es nuestro Salvador a exclusión de Dios el Padre y Dios el Espíritu Santo. Su intención es que comprendamos que el perdón de nuestros pecados y el don de vida eterna son totalmente trinitarios. Y de todo corazón nos llama a creerlo.