¿Cómo podían elegirlo a él, Luke Minteer, como jurado, y además, estar contento? Quizás su felicidad tenía algo que ver con aquella madre soltera, embarazada de nueve meses, que se sentaba a su lado y por la que sentía una sorprendente atracción.
Pero, por supuesto, ese deseo que Luke sentía por Brenna no significaba nada. Que no pudiera alejarse de ella, la cuidara constantemente, la invitara a comer o soñara con hacer el amor no tenía significado alguno. Aunque Luke sospechaba que en un juicio de amor el veredicto sería "enamorado".
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