El mandamiento del Maestro es como la sombra del árbol. La sombra del árbol refresca el viento cálido. No abandones la sombra perdiéndote el frescor. El aprecio y reconocimiento social pueden alejarte del fresco y de la sombra. Entonces estarás afectado por el calor, es decir, por la malicia del mundo. Incluso puedes tener una insolación, o sea los golpes fatales del mundo. Los faltos de discernimiento e inconsistentes están expuestos a ese peligro. Permanece fresco y lleva a cabo la acción prevista.
¡Que el mandamiento sea seguido implícitamente!