No sabía si quería casarse con ella porque la amaba... o porque quería una madre para su hija. Justo cuando Gracie se había quedado sin dinero y estaba a punto de volver a Australia, alguien la salvó. Un guapísimo italiano la contrató para cuidar de su pequeña y vivir en una magnífica villa toscana.
Luca estaba emocionado... Por primera vez desde la muerte de su esposa, volvía a ver una sonrisa en el rostro de su hija. Y todo gracias a aquella maravillosa niñera. No quería que Gracie se marchara jamás, así que tendría que proponerle algo... ¿se quedaría para ser su esposa?
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