Nada le impediría llevarse a casa a aquella mujer... y a su hijo
La había encontrado por fin en las montañas nevadas de Montana. Y en los ojos de su amante huida, Steven Conti descubrió que todavía lo amaba, todavía lo deseaba. Y en su cuerpo descubrió también la evidencia de que estaba esperando un hijo.
Desde la primera noche que habían pasado juntos, Maria Barone había quedado marcada por sus besos. No podría pertenecer a otro hombre que no fuera él. Pero Steven era un Conti y ella una Barone... dos familias enemigas. Ella se había enamorado del único hombre al que jamás podría tener.
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