Hay relatos en los evangelios que, a dos mil años de distancia, saben aún sorprendernos y provocarnos, porque son capaces de hacernos observar la realidad desde una perspectiva inesperada. Las parábolas son relatos de hombres y mujeres como nosotros –padres, hijos, trabajadores– y tienen en Jesús a un narrador de excepción. La herencia que dejan a quienes las escuchan o a quienes, como nosotros hoy, las leemos, es revolucionaria y echa por tierra los prejuicios y la concepción tradicional de justicia, manteniendo intacta la mirada humanísima de Jesús sobre la vida cotidiana: familias en crisis, pobres cada vez más pobres y ricos cada vez más ricos, trabajadores cansados y modos diversos de amar y vivir la oración.
Entre las parábolas evangélicas, Enzo Bianchi ha elegido cuatro de las más conocidas y, moviéndose con agilidad entre pasado y presente, nos entrega una apasionada relectura de aquellas que siguen siendo todavía hoy páginas abiertas de los evangelios. En ellas la palabra se hace revelación del rostro de Dios, guiándonos en profundidad hasta el centro de su corazón lleno de misericordia, que significa amar a lo grande. Se nos recuerda que a través de la palabra de Cristo el amor de Dios se transfiere a la humanidad, transformando la existencia para siempre.
Enzo Bianchi (1943), fundador y prior de la comunidad monástica de Bose, en Italia, donde hombres y mujeres de varias iglesias cristianas comparten la misma búsqueda de Dios. Es autor de numerosos textos sobre la espiritualidad cristiana y sobre la gran Tradición de la Iglesia, escritos siempre teniendo en cuenta el mundo y la cultura actuales.